Esta semana podríamos haber escogido una película de terror para nuestra crónica, pues el final de la ronda no fue apto para cardíacos, en el enfrentamiento contra el Costa Blanca de Alicante.
Comenzaban bien, muy bien las cosas. En su debut esta temporada, el amigo Sifré conseguía unas plácidas tablas en una partida en la que no pasó ningún apuro, aunque la posición final no daba para más. Poco después, José Manuel Martí lograba su tercera victoria consecutiva en una muy buena partida, con ventaja prácticamente desde el principio.
Juan Pedro ponía un poco de suspense en la sala, pues tras comentar conmigo sí aceptaba las tablas que le proponían, y estar los dos de acuerdo en que eran un buen resultado, el General Magdaleno se sienta y dice: sigamos. Este servidor se giró, sorprendido, y le dice al bueno de Juan Pedro: ¿No habíamos quedado en que aceptabas? Juanpe había entendido que siguiera y contesta: "Ah, vaya. Bueno, ahora da igual". Igual es que casi la lía, pero al final las tablas subieron al marcador.
Este servidor, por fin tuvo una partida tranquila, y gracias a varias imprecisiones estratégicas de su rival, pudo anotarse el punto con placidez.
Más tarde llegó la derrota de Ariadna, lo que ponía un reñido 3-2 en el marcador. Quedaban tres partidas, y el resumen del momento es el siguiente:
- Domene: ligera ventajilla en un final de caballo contra alfil, con el caballo algo mejor. Imposible de perder.
- Ana: nervios por aquí, nervios por allá y dos minutos en el reloj. Sunami emocional que nadie se atreve a pronosticar como acabará.
- Puche II: majestuosa posición, con varios peones de más, alguno pasado, dama centralizada: partida prácticamente ganada.
Los hechos nos desmentirán la realidad aparente que observamos. Ana se levanta a temblar cuando quedan apenas 32 segundos en su reloj. El Maestro de Aspépolis, gentilmente, le dice:
- Ana, deberías sentarte.
- Ana, dando unos tres mil saltitos por minuto, le responde: no puedo
- A lo que Luis María le replica: ¡¡Qué te sientes te he dicho!!
- Y se sentó, claro
Lo que siguió fue una demostración de como jugar un final inferior y convertirlo en un final ganado. Cuando Ana realiza su última jugada e6!! a su rival le dio la risa al tiempo que abandonaba elegantemente, no especulando con el tiempo de Ana. 4-2, y dos partidas imposibles de perder. ¿Imposibles?
Luis María le dice a Domene: con las tablas nos vale. Y éste aplica la táctica adecuada, sacrificio de caballo por dos peones para darle emoción a la cosa. Tras el Hara-Kiri equino de José Luis, nos queda la gran esperanza: Puche II.
Momentos de tensión máxima: el rival de José Manuel jaquea con la dama constantemente, cuando, en una de esas, la forma más efectiva de defender el jaque era comerse la torre blanca con el rey. Rg6 y el blanco abandona. Todos expectantes, esperando la jugada de nuestro compañero: Re6. Ohhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh. Desilusión en las gradas. Juan Pedro, hermano del protagonista, mira al Maestro de Aspépolis con cara de circunstancias. Tras dos nuevos jaques de la dama blanca, se repite la posición y la oportunidad de tomar la torre renace. Juan Pedro comenta: si vuelve a no darse cuenta, me corto las venas. No se las cortó, pero se colocó la cortina de la sala cual túnica senequiana, dispuesto a imitar al pensador heleno y tomar la cicuta que resolviera su cuita.
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Moda helena: la cortina como túnica. |
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El suicidio de Séneca. Por suerte, Juan Pedro desistió de imitarlo. |
El equipo B, acudió a Alicante para jugar contra el Alicante E, con sólo tres jugadores, ante una epidemia de cumpleaños, que diezmaron a nuestro joven combinado. Jorge, Pedro y Elena, perdieron sus partidas, pero siguen acumulando experiencia para progresar en nuestro juego.
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