![]() |
Paul Keres |
![]() |
Recreación de la muerte de Alekhine |
Realmente, si observamos el cuadro clasificatorio de aquel torneo, encontramos algo que nos puede resultar extraño:
![]() |
Campeonato del Mundo 1948 |
Qué un maestro de la talla de Keres, pierda cuatro partidas consecutivas contra el mismo rival, llama poderosamente la atención. Botvinnik no era un ajedrecista superior a Paul, más bien al contrario, y el resto de resultados de Keres en el torneo no invitan a pensar en una alarmante baja forma. En el ajedrez moderno, todos conocemos los famosos 6-0 que Fischer endosó a Taimanov y a Larsen, pero Bobby era muy superior al ruso, y si bien con Larsen no había tanta diferencia, el caracter histriónico del danés colaboró en su dolorosa derrota. Paul no era ni inferior al futuro campeón, ni su caracter le ocasionó ninguna mala pasada: era un hombre serio, formal, metódico y equilibrado.
Es imposible demostrar que Keres se dejó ganar por Botvinnik. Pero sí que hay reveladoras manifestaciones de quienes conocieron a ambos, y además vivieron aquella época de guerra y posguerra, donde tantos ciudadanos soviéticos sufrieron la presión del gobierno stalinista.
![]() |
Korchnoi contra Ariadna |
Lo peliagudo del tema vino cuando le preguntamos por la supuesta petición del gobierno soviético a Keres, para que no combatiese contra Botvinnik. Esperábamos un sí o un no. La respuesta fue mucho más que eso: fue una clase de Historia.

Una vez reconquistada Estonia por los soviéticos, todos aquellos que habían mantenido alguna actividad laboral, comercial o de cualquier otro tipo, bajo dominio nazi, fueron juzgados como traidores. Keres salvó la vida de milagro, al interceder por él otros ajedrecistas, incluido el propio Botvinnik. Ello marcó a Paul para siempre. Nadie le dijo que era Mikhail quien debía vencer en el Campeonato del Mundo, pero Keres era consciente de que una espada de Damocles pendía sobre su cabeza y que no debía hacer sombra a quien era un ruso de sangre pura, y además afecto al partido comunista.
Ello nos dejó con un regusto entre amargo, por lo injusto, y de consuelo, por conocer de primera mano, lo que muchos imaginábamos: que Keres había sido el mejor de su época.
![]() |
Spassky y Korchnoi, cruzando espadas |
No hay comentarios:
Publicar un comentario